No me siento capacitado para hacer una crítica especializada ni del cantante ni de su concierto pero si puedo decir sin miedo a equivocarme que Tom Jones es de los pocos cantantes blancos capaces de interpretar a los clásicos del soul como Redding, Cooke o Sam & Dave sin hacer el rídiculo. Su timbre de voz fue, y sigue siendo, todo un referente de la música.
A diferencia de la ocasión en la que tuve la oportunidad de ver a James Brown poco antes de su fallecimiento esta vez no iba a dejar la cámara fotográfica en casa. La elegida para inmortalizar el encuentro fue mi Olympus mju II-zoom 80.
Esta cámara compacta tiene todo lo que se puede esperar para una ocasión como esta, es ligera, con óptica de calidad y un pequeño zoom para ajustar un poco las imágenes.
Al igual que la tecnología, los conciertos también han cambiado mucho en los últimos 20 años pero me centraré en dos aspectos. El ticket de entrada y la información del reverso.
El ticket de entrada ya no es ese papel impreso con medidas de seguridad comparables solo con el papel moneda, colores vibrantes, hologramas, numeración impresa en tipografía, papel especial de tacto rugoso, troquelado de seguridad... Ahora es un folio que te imprimes tu mismo después de haber hecho el pago online, se acabaron las colas en la tienda de discos o en el Corte Inglés y se acabo la magia de ese papel que te daba acceso al show.
La información de el reverso de la entrada no ha variado mucho con respecto a la de hace dos décadas, repite las mismas consignas en lo referente a la entrada de bebida y comida al recinto, objetos peligrosos tipo cascos de moto o paraguas pero hay una advertencia que ya no se aplica y es la referente a cámaras fotográficas y aparatos de grabación de imagen o sonido.
Antes de la digitalización de la vida de las personas introducir una grabadora o cualquier aparato que pudiese capturar imagen o sonido estaba totalmente prohibido, de hecho era unos de los motivos principales de los registros a la entrada de los recintos.
Evidentemente a día de hoy donde todo el mundo lleva una cámara HD disfrazada de teléfono móvil es como intentar poner puertas al campo. Se acabó la prohibición, queda abierta la veda.
Mi mujer enseñó el bolso en la entrada y allí flotaban un par de carretes, el encargado de seguridad ni pestañeo. Ya estamos dentro.
Tom Jones, que cuenta con 77 años en la actualidad, hizo un set muy digno lleno de clásicos de su carrera adecuados a su edad, lejos quedaban las versiones de soul o los clásicos de rock and roll que interpretaba hace décadas con tanta pasión pero aún así mantuvo el tipo y una afinación perfecta.
Allí me encontraba yo, rodeado de gente móvil en mano intentando hacerse un selfie con Tom Jones de fondo, disfrutando de una leyenda de la música del siglo XX.
Inmortalizado en negativo B/N de 100 iso será ampliado y enmarcado para pasar a ser parte de mi pequeño Hall of Fame... La pared de la buhardilla.